viernes, 15 de febrero de 2013

Capítulo 2



Capítulo 2- Los sueños rara vez nos encuentran antes que nosotros a ellos
-Es que aprendí a distinguir entre la realidad y la fantasía- gritó Sora, Eyquel decidió caminar en dirección opuesta lo más lejos posible de Sora mientras dice –Qué puedas distinguirlas no significa que tengas qué cerrarte a una, no eres sabia o más madura por eso, aquel qué cierra su mente nunca podrá ver lo qué hay más allá- Sora se quedó dónde estaba mirando como Eyquel se alejaba –Eres tan infantil Eyquel Grunemond- se dijo a sí misma Sora antes de volver a su casa por la dirección en la que vino.

En el puente sobre el río cercano al pueblo Eyquel miraba su reflejo en el agua, para él eso era mágico ya que el agua reflejaba la realidad tal y como era, pero bajo ella había todo un mundo tanto de hermosas piedras como de diversos peces que nadie puede ver a no ser que se tomen el tiempo de mirar, Eyquel creía que la magia estaba camuflada en la realidad y solo aquellos que se esforzaban podrían llegar a verla, criaturas inimaginables, extraños poderes, lugares hermosos. Una leyenda antigua habla de la isla de la fantasía un lugar separado del mundo donde todas esas cosas existen, y es el sueño de Eyquel encontrar esa isla.
Junto al río estaba un gran bosque, Eyquel lo conoce bien ya que él y su padre son leñadores, Eyquel al estar tan concentrado en el agua no notó a uno de los árboles moviéndose pero no un movimiento como si de un viento fuerte se tratara, el árbol había arrancado sus raíces del suelo y había comenzado a caminar en dirección a Eyquel, La realidad qué reflejaba el agua comenzaba a distorsionarse debido a los poderosos pasos que daba la criatura árbol y entonces Eyquel despierta de su trance y logra ver un árbol gigantesco capaz de caminar, prácticamente se había transformado ya que tenía dos piernas al igual que dos brazos y la parte de más arriba era su cara la cual tenía dos ojos  una boca, y sobre su cabeza se encontraban el resto de las ramas y hojas qué componían al árbol. El árbol se movía más rápido de lo que Eyquel creía y antes de poder reaccionar ya había cruzado el río, para Eyquel un árbol andante era la realización de sus sueños la magia existe pero por culpa de estar perplejo ante la criatura esta blande su brazo de una forma muy rápida y con su mano atrapa a Eyquel y lo acerca a su cara para tener una conversación con él –Maldito leñador, llevas años asesinándonos y ahora que me has despertado podré obtener mi venganza- decía el árbol, Eyquel estaba atónito al ver un árbol hablar, estaba bastante alto ya que el árbol tenía unos diez metros, el árbol apretó con fuerza su mano y el pobre Eyquel gritó del dolor, no entendía lo que decía el árbol, él no recordaba haber despertado al árbol, -¿tendrá que ver con la chica o el cristal?- pensaba Eyquel pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por los gritos del árbol –Dame el cristal para que pueda despertar a los míos o lo quitaré de tu cadáver- mientras apretaba con fuerza a Eyquel, -Bastante violento para ser un árbol- Logra decir Eyquel a pesar del dolor –Los tuyos llevan matándonos años, cada uno de nosotros tiene vida, familia y amigos, y no podemos hacer nada más que mirar cuando vienen los tuyos y comienzan a matar a los nuestros de una forma lenta y dolorosa, lo miramos gritar con cada hachazo, cada vez que ustedes cortan un árbol el bosque llora, y ahora gracias a la piedra que cayó del cielo podemos despertar y obtener nuestra venganza- gritaba con mucha furia,y cada vez apretaba más a Eyquel, los gritos de ambos atrajeron a los que vivían cerca incluyendo los padres de Eyquel para presenciar la mágica criatura sujetando la débil vida del pobre muchacho
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¿Sabías qué Grunemond viene de grünen Mond qué significa luna verde en alemán?

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