Capítulo 6- No importa el camino que tomes en la vida, alguien siempre querrá tu fracaso
-Así que no todos los guardianes luchas para proteger sus cristales, algunos
simplemente se entregan al mago que aparezca si lo consideran digno, ¿es eso
correcto?- preguntaba Eyquel
-Exacto, el familiar solo está para asegurarse que el cristal caiga en manos de
un mago- respondía con un poco de tristeza en su voz Lezia, Sora quien caminaba
un poco más lento que los dos interrumpe la conversación para anunciar que
están cerca de Peshk.
Apenas llegaron a la ciudad la vista era horrible.
Peshk no solo era un gran astillero y un gran puerto pesquero pero también
era una hermosa ciudad en una gran colina, cuando se llega a la ciudad todo es
un camino de bajada hasta el puerto, por esta razón es que a los tres les
parecía imposible lo que estaban contemplando, la ciudad estaba inundada.
Es físicamente imposible que se inunde una ciudad como esa, la ciudad podía ser
devastada por grandes olas pero jamás inundada, además el agua siempre llegaba
a las rodillas y estaba fija en su lugar, o sea que la gravedad no hacía que el
agua volviera al mar, esta inundación desafiaba la lógica del mundo, entonces
Eyquel y Sora miran a Lezia, quien los mira con una cara de decepción y les da
una respuesta con tono frustrado –Obviamente es magia, alguien está
constantemente manteniendo un hechizo de control de agua para mantener la
ciudad así-, pero eso no era todo, la ciudad también estaba completamente
abandonada, tampoco era tanta agua como para abandonar una ciudad, entonces
Sora llama la atención de los otros dos –Miren, algunos edificios están algo
destruidos y hay madera y cosas por toda la calle inundada, obviamente la
ciudad fue acosada por una gran tormenta-, decía mientras apuntaba a los
empapados edificios –O quizás alguien atacó el pueblo usando el mar, pero
tendría que ser un mago muy poderoso para poder hacer algo así- interrumpió
Lezia, -¿acaso tu no podías detectar la presencia de los magos?- preguntó
Eyquel a Lezia quien mira a su alrededor con cara de concentración, y luego le
devuelve a Eyquel una mirada de decepción –Si, pero no detecto ningún mago, ido
no pudo haberse ido ya que alguien debe mantener el hechizo, aunque puede que
haya un familiar en la zona, pero los familiares no podemos detectarnos los
unos a los otros- explicaba Lezia mientras se arreglaba los pantalones para no
mojarse tanto, lo mismo hizo Eyquel, -¿Por qué un mago destruiría esta ciudad?-
preguntó Sora –creí que los magos usarían su magia para proteger la humanidad
de las fuerzas que están despertando- continuó Sora, Lezia iba a decir algo
pero Eyquel se le adelantó –Las personas son buenas y malas, y la magia en este
caso es tan solo un arma nueva, como algún día lo fueron las espadas y las
catapultas, temo que en nuestros viajes encontraremos muchos magos que hayan
usado la magia para sus propios propósitos- hablaba Eyquel con la mayor seriedad,
hace una breve pause y dirige la mirada a Lezia y prosigue –Discúlpame pero
cuando encontremos a este mago no puedo permitir que te vayas con él, dije que
te llevaría con un mago que te merezca, y el que sea que hizo esto es un
bastardo y voy a encontrarlo y detenerlo- y entonces Lezia le grita –Pero él
obviamente es un mago poderoso y tú no eres nada, eres idiota deberías saber
que no puedes ganarle a un mago-, Eyquel le da la espalda a Lezia y tantea el
mango de su hacha –Mientras esta hacha tenga filo y los magos sangren pueden
ser derrotados, dijiste que el familiar debe estar en algún lugar manteniendo
el hechizo, y el familiar debe saber dónde está su mago, así que iré a
buscarlo, si no quieren acompañarme espérenme aquí- Inmediatamente tras decir
estas palabras Eyquel prosigue su camino por la inundada calle –Si no salvamos
el pueblo no podré comerciar, y si lo salvamos quizás la gente vuelva y consiga
buenos tratos por ser una heroína- a Sora le brillaban los ojos y siguió a
Eyquel.
Lezia se quedó sola murmurando mientras unas lágrimas caían por sus mejillas –Eres
un idiota, cuando mueras un mago podrá tomar posesión de mí, eres un maldito
inútil pero no quería que te suicidaras de esa forma-.
No tan lejos sobre una pequeña torre en la ciudad unos ojos celestes miran
la escena y suelta una pequeña risa.
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